4-Xtremes – Parte 49: Asalto a la cumbre en lugar de la costa en Gran Canaria

¡Por fin verde otra vez!

Solo por las vistas a las cumbres de alrededor, el viaje ha merecido la pena. Todo florece, y huele a flores y pinos. En Fuerteventura y Lanzarote, prácticamente lo único verde que vimos fueron los campos de golf. Y como estaban absolutamente prohibidos para nuestra perra Aimée, ahora está encantada con la vegetación.

A tres kilómetros del «Pico» y a unos 1.800 metros de altitud, acampamos junto a un acantilado y decidimos quedarnos unos días. De vez en cuando encendemos la calefacción, pues de noche las temperaturas caen hasta los cinco grados. El recorrido en bicicleta hasta la cima se resume rápidamente: la pendiente es pronunciada y, en lo más alto, las nubes son tan densas que solo vemos la barandilla. Pero mereció la pena intentarlo.