la aventurera pareja suiza disfruta de un karaoke en un embalse y de una tormenta sobre el mar – Parte 3

Serie: 4-Xtremes

Feeling viajero sobre caminos de gravilla.

Andrea y Mike Kammermann, de viaje con su vehículo de expedición basado en un Axor: desde Suiza hasta el extremo más al este de Rusia y de nuevo de vuelta. Los dos aventureros superaron con éxito la primera etapa por el sudeste de Europa. Hoy nos cuentan su experiencia en la tercera parte de nuestra serie.

Vistas inolvidables: tanto los numerosos monasterios de Meteora, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, como los agrestes paisajes de Croacia y Albania han sorprendido a ambos aventureros.
Vistas inolvidables: tanto los numerosos monasterios de Meteora, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, como los agrestes paisajes de Croacia y Albania han sorprendido a ambos aventureros.
Vistas inolvidables: tanto los numerosos monasterios de Meteora, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, como los agrestes paisajes de Croacia y Albania han sorprendido a ambos aventureros.
Vistas inolvidables: tanto los numerosos monasterios de Meteora, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, como los agrestes paisajes de Croacia y Albania han sorprendido a ambos aventureros.
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Vistas inolvidables: tanto los numerosos monasterios de Meteora, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, como los agrestes paisajes de Croacia y Albania han sorprendido a ambos aventureros.
Vistas inolvidables: tanto los numerosos monasterios de Meteora, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, como los agrestes paisajes de Croacia y Albania han sorprendido a ambos aventureros.
Vistas inolvidables: tanto los numerosos monasterios de Meteora, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, como los agrestes paisajes de Croacia y Albania han sorprendido a ambos aventureros.
Vistas inolvidables: tanto los numerosos monasterios de Meteora, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, como los agrestes paisajes de Croacia y Albania han sorprendido a ambos aventureros.
Vistas inolvidables: tanto los numerosos monasterios de Meteora, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, como los agrestes paisajes de Croacia y Albania han sorprendido a ambos aventureros.
Vistas inolvidables: tanto los numerosos monasterios de Meteora, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, como los agrestes paisajes de Croacia y Albania han sorprendido a ambos aventureros.
Vistas inolvidables: tanto los numerosos monasterios de Meteora, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, como los agrestes paisajes de Croacia y Albania han sorprendido a ambos aventureros.
Vistas inolvidables: tanto los numerosos monasterios de Meteora, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, como los agrestes paisajes de Croacia y Albania han sorprendido a ambos aventureros.
Vistas inolvidables: tanto los numerosos monasterios de Meteora, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, como los agrestes paisajes de Croacia y Albania han sorprendido a ambos aventureros.
Vistas inolvidables: tanto los numerosos monasterios de Meteora, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, como los agrestes paisajes de Croacia y Albania han sorprendido a ambos aventureros.
Vistas inolvidables: tanto los numerosos monasterios de Meteora, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, como los agrestes paisajes de Croacia y Albania han sorprendido a ambos aventureros.
Vistas inolvidables: tanto los numerosos monasterios de Meteora, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, como los agrestes paisajes de Croacia y Albania han sorprendido a ambos aventureros.
Vistas inolvidables: tanto los numerosos monasterios de Meteora, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, como los agrestes paisajes de Croacia y Albania han sorprendido a ambos aventureros.
Vistas inolvidables: tanto los numerosos monasterios de Meteora, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, como los agrestes paisajes de Croacia y Albania han sorprendido a ambos aventureros.
Vistas inolvidables: tanto los numerosos monasterios de Meteora, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, como los agrestes paisajes de Croacia y Albania han sorprendido a ambos aventureros.
Vistas inolvidables: tanto los numerosos monasterios de Meteora, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, como los agrestes paisajes de Croacia y Albania han sorprendido a ambos aventureros.
Vistas inolvidables: tanto los numerosos monasterios de Meteora, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, como los agrestes paisajes de Croacia y Albania han sorprendido a ambos aventureros.

Son las 19:30 h y estamos sentados a 30 grados en nuestra casa portátil. El cielo está despejado. Llevamos días sin precipitaciones y el indicador de la humedad del aire se muestra en «low», un bonito anticipo del viaje por el desierto. Estamos en Ankara, Turquía, y hemos estacionado nuestro Axor frente a un hotel. En el campo hemos encontrado infinidad de sitios mucho más bonitos que este para pernoctar. Sin embargo, en las ciudades no está de más tener especial cuidado con la seguridad. Además, aquí tenemos conexión WiFi.

Hasta ahora hemos recorrido unos 3600 kilómetros. Desde Suiza pasamos por Italia, Eslovenia y Croacia. Después, y tras un breve paso por Bosnia, llegaron Montenegro, Albania, Grecia y Turquía. Tanto el Axor como la tecnología de la casa funcionan exactamente como deberían hacerlo. De momento solo hemos tenido que cambiar la bombilla de un faro, aunque ya tenía unos diez años a cuestas. En Eslovenia llenamos el depósito y no tuvimos que volver a hacerlo hasta pasar por un surtidor de combustible en Turquía. También el depósito de AdBlue sigue medio lleno.


Siempre hacia delante, aunque a veces sea despacio: los Kammermann han logrado unas medias diarias de entre 100 y 500 kilómetros.
Siempre hacia delante, aunque a veces sea despacio: los Kammermann han logrado unas medias diarias de entre 100 y 500 kilómetros.

Distancias diarias de entre 100 y 500 kilómetros.

Las distancias diarias varían entre los 100 y los 500 kilómetros. Estas dependen, entre otros motivos, de si podemos pasar sin más o de si, por ejemplo, tenemos que esperar mucho en una frontera. También influye la necesidad de encontrar cajeros automáticos o agua para rellenar. ¡Y, por supuesto, de todo lo que hay que ver por el camino!

La primera sorpresa fue Croacia: costas áridas, verdes llanuras, montañas salvajes con lagos y ciudades históricas. Un poco de todo. Y a esto hay que añadir una gran experiencia con la gente local: habíamos encontrado un bonito lugar en un embalse cuando llegaron dos coches con cinco personas, que nos preguntaron si podían hacer una barbacoa junto a nosotros . Poco después ya eran una docena de coches y tuvo lugar una enorme fiesta con salchichas, cerveza y karaoke, gracias a nuestra conexión de 230 voltios como fuente de energía para los altavoces. Como en casi todos sitios, nos entendimos a base de gestos. Finalmente nos invitaron a pasar de nuevo por allí camino a casa para volver a disfrutar de una fiesta.

La verdadera sensación de estar viajando llegó en Albania. Visitamos ruinas, acampamos en playas ventosas y encontramos fuentes de aguas termales. La parte que más nos gustó fue la del interior: pueblos por los que apenas pasan turistas, carreteras estrechas, áridas montañas sobre verdes colinas y estofado de cordero para reponer las fuerzas. Todo muy rústico y bucólico. Además, tuvimos la oportunidad de verlo todo: dado que las carreteras eran cada vez más estrechas y llenas de baches y que incluso las vías principales estaban hechas a base de gravilla, nuestra velocidad media por Albania fue de solo 44 km/h.


Sorprendentes monasterios sobre rocas de arenisca.

En Grecia, las carreteras volvieron a ser más fáciles a la hora de conducir por ellas. Nos resultaron especialmente sorprendentes los monasterios de Meteora, situados sobre elevadas formaciones de arenisca. Se trata de un lugar maravilloso, nunca habíamos visto nada que se le pareciera. Pasamos la noche en un mirador y, de esta forma, a la mañana siguiente pudimos visitar en primer lugar uno de estos monasterios. La paz y los aromas que experimentamos allí fueron únicos.

Durante una noche en una de las playas de Grecia contemplamos cómo una enorme tormenta se cernía sobre el mar. La enorme cantidad de rayos nos despertó. Parecían los efectos visuales de un estroboscopio.

En Estambul encontramos el lugar de estacionamiento perfecto: un parque junto al mar, a 10 minutos a pie de Santa Sofía (Ayasofya). En lugares así solemos vernos un tanto limitados por nuestro perro. No podemos llevar a Aimèe a ninguna mezquita o museo, ni tampoco dejarlo solo durante mucho tiempo. Pero, gracias a este emplazamiento, pudimos visitar la ciudad durante dos o tres horas, volver rápidamente con Aimèe y, después, dar otro paseo plagado de descubrimientos. Por supuesto, cruzar el puente sobre el Bósforo para pasar de Europa a Asia fue otra gran experiencia.


Camping en la playa.

En el mar Negro pernoctamos en algunas pintorescas bahías. En ellas, y especialmente durante el fin de semana, nunca estábamos solos: a muchos turcos les gustaba acampar en cualquier trozo de arena libre con pollos en la barbacoa y mucho té negro. Nos alegra mucho que Turquía se halle en nuestra ruta de vuelta a casa. Este país tiene muchísimo que ofrecer, tanto cultural como paisajísticamente hablando.

Además, muchas de las carreteras de Turquía son más modernas y están en mejor estado que las de Suiza. Prácticamente todos los camiones Mercedes-Benz que nos hemos encontrado aquí son Axor, algo que no es de extrañar, ya que este modelo lleva siendo ensamblado en la ciudad de Aksaray durante mucho tiempo. 

Manos de colores en la parrilla del radiador.

En Croacia, donde las carreteras también son excelentes, le dimos a nuestro camión un pequeño lavado de cara: pegamos en la rejilla del radiador muchas de las pegatinas con forma de manos de colores que venían en la casita. ¡Así el vehículo parecía menos militar!

¿Qué es esto de las manos de colores? Antes de iniciar el viaje, y en colaboración con la Cruz Roja Suiza (SRK), reunimos una serie de donativos. Estos se utilizarán para llevar a cabo proyectos que luchan por conseguir contener las enfermedades oculares en África y en Asia. Y por cada contribución superior a 50 francos suizos, los donantes podían pegar una mano en nuestro vehículo.

Una colorida parrilla del radiador, diésel en el depósito y unas ganas de aventura intactas, no podíamos estar mejor equipados para el primero de nuestros cuatro lugares extremos: el desierto de Lut, o Dasht e-Lut, en Irán. En principio, nuestro plan es llegar allí la primera semana de agosto. Y todo parece señalar que alcanzaremos los casi 70 grados Celsius de temperatura del suelo, para la que ya nos hemos preparado.

La cuarta parte de la serie RoadStars saldrá el 27 de agosto. ¡Seguid al tanto!



Fotos: 4-Xtremes


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