Cuestión de química: Christopher Heidfeld y su Actros Edition 2

Christopher Heidfeld es un auténtico madrugador. El despertador ha sonado hoy a las 4 de la mañana en su casa, en una pequeña localidad de Sajonia-Anhalt. Unas horas después, aparca su Actros Edition 2 azul en la cochera de su empresa, una agencia transportista con sede al este de Hanóver. Le entregaron el camión hace solo unas semanas, y ahora el 1853 se dispone a recibir su primer lavado.

«10.000 kilómetros ya los tiene...», afirma Christopher, al que aquí todos conocen como «Toffi». El conductor de 35 años se pone a limpiar el vehículo tractor con cepillo, esponja y cubo hasta dejarlo como los chorros del oro. «El color tiene que salir bien en las fotos, ¿no?». Así es. En todo caso, la edición especial limitada a 400 ejemplares no se ve muy a menudo por ahí, y mucho menos en color azul genciana.

– Christopher Heidfeld, conductor de la empresa Wedemeyer

Se incorpora ahora también el hijo del jefe, Sebastian Wedemeyer. Él fue quien tramó la sorpresa. «Queremos que nuestros conductores trabajen con buenos camiones. Por tanto, naturalmente, cuando sale al mercado un modelo tan especial como el Edition 2 despierta nuestro interés». No obstante, los camiones no solo deben causar buena impresión, sino que deben ofrecer rendimiento. «Por ejemplo, cuando atravesamos las montañas de Kassel necesitamos toda la potencia, ya que casi siempre llevamos 40 toneladas».

El color azul no es habitual en los camiones de la flota de Wedemeyer. Los demás vehículos son rojos. Sin embargo, el Actros de Christopher es azul por el color de empresa de un cliente. La siguiente ruta de Christopher se dirige precisamente a esta empresa química, que se ha especializado en la producción de etanol y que también tiene su sede en el este de Hanóver. Su Actros lleva un semirremolque de aluminio con capacidad para 34.000 litros.

Desde siempre en camión cisterna.

Christopher conduce camiones cisterna desde siempre. Ha dedicado muchos años al tráfico internacional de larga distancia, a menudo rumbo a Inglaterra. Desde hace cuatro años lleva rutas de etanol, principalmente entre sedes del este de Alemania y Hanóver. «Así estoy más a menudo en casa, también durante la semana». Él sabe bien cómo aprovechar ese tiempo en el hogar. La familia, la casa y sus hobbys —por ejemplo el tractor de época que utiliza para cortar leña— juegan un papel muy importante en su vida.

En el recinto del fabricante de etanol, Christopher levanta el índice izquierdo y saluda a otro conductor. Aquel lugar, entre grandes cisternas y vías de tren, no parece muy agradable. «Muchos de los conductores que venimos aquí nos conocemos. Se tarda siempre mucho en llenar o vaciar las cisternas, así que aprovechamos para charlar de vez en cuando. Se está muy bien aquí».

Christopher tuvo clara muy pronto su vocación: «Los camiones me encantan desde que tengo uso de razón». No obstante, su madre hizo lo posible por oponerse. «Su pareja era conductor de camiones y una vez me llevó de ruta. Ella pensaba que así cambiaría de opinión sobre la profesión», comenta y sonríe. «Pero fue precisamente entonces cuando me di cuenta de que era lo que quería hacer». Es cierto que desde entonces han cambiado muchas cosas en el sector. «El tráfico ha aumentado muchísimo y los camioneros no tenemos tanto tiempo como antes para charlar. En cualquier caso, tengo un trabajo muy bonito». Probablemente, parte de la «culpa» sea del Actros.

Fotos y vídeo: Sebastian Vollmert