Wilfried Lescrieux: De obra en obra con el Arocs y la bomba de hormigón

Tráfico de obras

De la madera al hormigón.

La pluma de la bomba de hormigón del Arocs 2640 de Wilfried Lescrieux alcanza los 38,5 metros. Para manejar el equipo hay que trabajar duro... y eso a Wilfried le encanta.


La pluma de la bomba de hormigón dibuja un amplio arco en el cielo azul de la localidad francesa de Labarthe-sur-Lèze. La manguera del extremo, dirigida por Wilfried Lescrieux, apunta a un falso techo de un edificio nuevo. «El hormigón está a punto de fluir», dice dirigiendo la pluma un poco más allá con el radiotelemando. Entonces activa la toma de fuerza del Arocs 2640 y... ¡hormigón va!


El caudal de la bomba es de hasta 160 metros cúbicos por hora. Con ella, Wilfried puede realizar dos o tres encargos al día. Mientras tanto, la segunda hormigonera ya se ha acoplado de espaldas al Arocs a través de una tolva. ¡Seguimos! La bomba hace su trabajo hasta que se vierte el último metro cuadrado. Para Wilfried, ahora comienza el trabajo más duro, porque es el más agotador: la limpieza y el mantenimiento.

Hay que lavar todas las tuberías ascendentes y de transporte, así como las conexiones: el agua necesaria proviene de un depósito de 700 litros. Pero primero se extrae el hormigón de las tuberías con la ayuda de pelotas de goma. Y después hay que actuar rápido, porque «cuanto más duro esté el hormigón, más difícil será todo». 



«Me encanta esta profesión. En un día, por ejemplo, hago primero un lecho de hormigón, y luego una piscina o unos cimientos»

– Wilfried Lescrieux


Bomba y hormigón.

«El hecho de haber acabado en este sector se lo debo a mi hermano», explica Wilfried. Estudió para leñador y se sacó el carnet de conductor de camiones a los 18 años. Después, su hermano le consiguió su primer trabajo, como conductor de bombas de hormigón.

Cuatro años después, Wilfried se trasladó con su mujer y su hija al sur de Francia, donde continuó con su profesión en una nueva empresa. Allí es ahora subdirector general y se encarga de la flota de vehículos y de la contabilidad.


¿Qué es lo más importante? ¡Divertirse!

Trabajar con bombas es la pasión de Wilfried. «Me encanta esta profesión. En un día, por ejemplo, hago primero un lecho de hormigón, y luego una piscina o unos cimientos». ¿Cuáles son las ventajas de su Arocs? Poder maniobrar en espacios reducidos. A sus clientes, en su mayoría pequeñas empresas de construcción con hormigón, les gusta que Wilfried pueda utilizar su bomba de hormigón también en obras con poco espacio. 

Para sus encargos recorre hasta 150 kilómetros, y la captación de clientes y la facturación son también tareas habituales. Muchos sábados, Wilfried observa obras, y le gusta dedicar su tiempo libre a ello. «Quiero saber qué me espera en mi próximo encargo y cómo debo enfocar mi trabajo. Ese es el precio de la libertad. Y el mejor requisito para divertirme en mi trabajo».


Fotos: Hans Müller

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