Cuestión de mimo: Martin Dürnberger cuida su Actros 1851 como oro en paño

El Actros de Martin siempre está reluciente.

Martin había tratado su predecesor —un Actros 1846— con tanto mimo como si fuera suyo propio. «No me gusta limitarme a sentarme al volante para trabajar y marcharme sin más después del trabajo. Me preocupo por mi camión», afirma Martin, de profesión mecánico de camiones.

Desde la localidad francona de Hilpoltstein, transporta material a granel de todo tipo haciendo unos 2.800 kilómetros a la semana. Sus rutas con vidrio usado para la producción de vidrio, con cal y abono para la agricultura o con arena para campos de golf y pistas de voley-playa le llevan hasta el lago Chiem y a Turingia. «Con todos sus elementos cromados y su iluminación, mi Actros llama la atención incluso a la gente que está jugando en los campos de golf».