Alto del León: La historia de un puerto camionero

Hasta que en diciembre de 1963 se abrió el primer Túnel de Guadarrama en la AP-6, al que siguió otro más en 1972 -sin olvidarnos del tercero de carácter reversible que entró en servicio en 2007- el Alto del León (este es su actual nombre) fue y todavía continua siendo para muchos camiones la puerta noroeste de entrada y salida entre Madrid y la meseta castellana a través del itinerario de la veterana N-VI que une la capital con Galicia.

Por el contrario, las otras dos alternativas al Alto del León, los puertos de la Fuenfría y de Navacerrada, siempre han sido considerados por los transportistas como trazados mucho más duros y peligrosos a la hora de salvar en invierno la muralla orográfica que supone la Sierra de Guadarrama.

Con sus 1.511 metros de altitud, una longitud de ocho kilómetros y una pendiente media del 6,5%, aunque existen algunos tramos al 11 y al 13% de desnivel, el estratégico Alto del León, situado en el límite que separa las provincias de Madrid y de Segovia, ya fue utilizado por los romanos y principalmente en el siglo X por las tropas árabes de Abderramán III en su camino conquistador desde Córdoba hacia el norte peninsular,

En aquel momento de nuestra historia este paso era conocido como Balat Humayd, denominación que tras la Reconquista evolucionaría en castellano hacia Baratome y Valathome, nombres que se mantendrían hasta el siglo XIV cuando pasó a denominarse Tablada en honor de la entonces famosa venta y aldea situadas en la falda madrileña del puerto, un nombre que se mantendría durante los siglos XV y XVI.

Como curiosidad hacer hincapié en que este paso era también conocido popularmente como el puerto de la Campanita, ya que en su cima existía una venta cuyos propietarios hacían sonar una campana en las noches de ventisca y tormenta con el objetivo de guiar a los viajeros.

Un león el guardián de la puerta.

En el siglo XVIII y con el objetivo de impedir que Madrid se quedara incomunicado por la zona noroeste durante los meses de invierno, se acometieron las obras del llamado «Proyecto Económico», que auspiciadas por el rey Fernando VI, a través del ministro de Moneda y Comercio, Bernardo Ward, estuvieron dirigidas por el ingeniero francés Francoise Nagle.

El Proyecto Económico incluía el diseño de un trazado nuevo y más moderno para el puerto de Tablada, además de muros de contención, aliviaderos de agua y hasta un paseo de 1,5 kilómetros de longitud que uniría para peatones la cima del puerto con la cercana localidad madrileña de Guadarrama.

Siendo ministro el Marqués de la Ensenada las obras finalizaron en 1749 con la colocación en el vértice del puerto de la estatua en piedra de un león, hoy bastante deteriorada, que con cada una de sus garras aferra dos globos terráqueos (Europa y América) y que en su pedestal incluye una inscripción en latín que reza: «Fernando VI / Padre de la patria / hizo para ambas Castillas esta vía / por encima de los montes / 1749 año de nuestra salvación y IV de su reinado».

A partir de ese momento el puerto de Tablada cambiará de nombre pasando a denominarse Alto del León y como era de esperar el nuevo trazado se convierte en la ruta habitual para las mercancías y viajeros que salen y entran en Madrid por la zona noroeste, un trasiego que en el lado segoviano provocará la aparición de una venta en San Rafael, núcleo de población dependiente del ayuntamiento de El Espinar.

El Alto recupera su viejo nombre.

A finales de julio de 1936 el Alto del León y la vertiente segoviana del puerto quedan en «zona nacional», mientras que por el contrario la vertiente madrileña queda bajo dominio republicano, posiciones militares que apenas sufrirán variación a lo largo de la Guerra Civil.

Al término de la contienda y en honor de sus defensores el Alto del León es rebautizado como Alto de los Leones de Castilla, nombre que estará vigente hasta que en el año 2000 un jubilado madrileño, Roberto Fernández, se dirige oficialmente al Ministerio de Fomento con la intención de recuperar para la puerta noroeste de Madrid el viejo e histórico nombre de Alto del León.

Finalmente, en el año 2000 el Gobierno decidía recuperar el nombre con el que fue bautizado este paso en el siglo XVIII, cuando a la finalización de las obras de modernización de este itinerario fue colocada la estatua de un león en lo alto del puerto.

Tradición camionera.

A pesar de la comodidad en la conducción que ofrecen los túneles en la AP-6 que salvan el Alto del León, son a día de hoy muchos los camiones y los transportistas con cargas de todo tipo que continúan utilizando este tramo de la N-VI, incluso algunos transportes especiales, sobre todo cuando la climatología es más benigna en nuestro país.

El objetivo es ahorrarse la cuantía de los peajes de la autopista aprovechando un trazado que con un desnivel de 511 metros apenas presenta problemas importantes para los camiones actuales a la hora de afrontar el ascenso o los descensos, ya sea del lado madrileño en dirección Guadarrama o del lado segoviano pasando por la localidad de San Rafael.

En sentido hacia la capital y viceversa hasta hace algunos años el trazado del Alto del León comenzaba y finalizaba de forma obligatoria en la travesía de Guadarrama, pero los sucesivos incidentes que tuvieron lugar en este tramo de alta densidad de tráfico hicieron que el Ministerio de Fomento habilitara un enlace directo con la AP-6 que evita que el transporte pesado que circula por el Alto del León tenga que pasar por Guadarrama, una solución que por el momento no se ha aplicado en la travesía segoviana de San Rafael.