Claudio Lecis y su hormigonera Arocs 4143

El Arocs de color rojo es uno de los 60 vehículos de esta empresa umbra especializada en la producción de hormigón, y forma parte de un grupo de cinco vehículos Arocs equipados tanto con mezclador sencillo como con bomba de hormigón. La empresa Luigi Metelli se creó en 1946; en aquel entonces suministraba material para la construcción de ferrocarriles. Fue expandiéndose a medida que comenzó con la extracción de áridos y con la producción de hormigón, y en 2007 alcanzó dimensiones nacionales al participar en obras públicas de gran envergadura, como el Cuadrilátero Marcas-Umbria y la autopista Pedemontana Lombarda. Claudio es conductor profesional de camiones desde el año 2000 y trabaja desde hace más de diez años en Metelli. Su especialidad son las hormigoneras, aunque a veces conduce también trenes articulados con cubeta para gravas y otros materiales aditivos.

El hormigón no se puede almacenar; tiene que llegar a la obra justo en el momento de verterse. Y en las obras se empieza a trabajar de buena mañana. Por eso, Claudio pone en marcha su Arocs sobre las siete y realiza la primera carga. Acto seguido, con el tambor girando, se dirige al lugar de destino. «Según la distancia a la que se encuentre el lugar de suministro, podemos hacer hasta cinco trayectos al día, pero la conducción es sólo una parte del trabajo diario. La carga y descarga lleva su tiempo y tiene que supervisarse permanentemente», explica.

Claudio tiene que limpiar la hormigonera varias veces al día. «No lo hacemos para impresionar, sino por necesidades técnicas», aclara. «No pueden quedar residuos de hormigón en el tambor, pues si se secan cuesta mucho retirarlos. Por eso lavamos el interior de la hormigonera tras cada descarga, y al final de la jornada realizamos una limpieza a fondo de todo el vehículo.»

Estas actividades a pie de camión suponen un considerable esfuerzo físico. Por eso es muy importante poder trabajar en un entorno confortable mientras se conduce. Con el Arocs ha cambiado notablemente el trabajo cotidiano de Claudio: «Entre otras cosas, he pasado del cambio manual al automático. Dado que suelo circular por carreteras con mucho tráfico, esto es una gran ventaja desde el punto de vista del confort y de la seguridad. En este trabajo también es muy importante el agarre al piso en caminos de tierra y sobre terreno mojado. Aquí se aprecian las ventajas del sistema de propulsión y de amortiguación del Arocs, que trabaja de forma fiable incluso en las situaciones más difíciles, como cuestas pronunciadas o fuertes desniveles en suelos embarrados.»

La tercera cualidad del Arocs que Claudio destaca especialmente es su maniobrabilidad, que uno no espera de un vehículo de cuatro ejes. «La dirección es suave y precisa, también circulando con la hormigonera llena», afirma. La diferencia con los modelos con los que ha trabajado anteriormente se pone de manifiesto cada tarde, cuando aparca el camión: «Me siento menos cansado y ya no tengo dolor de espalda.»

Fotos: Michele Latorre