4-Xtremes - Parte 64: Reunión de Overlander con RoadStar

Cruzamos la frontera con la República de Irlanda y, al igual que en Irlanda del Norte y en todo el Reino Unido, aquí se circula por la izquierda. Hace tiempo que estamos acostumbrados a ello. Por el contrario, un cambio es que aquí, a diferencia de lo que ocurre más allá de los límites, no se indican distancias y velocidades en millas, sino en kilómetros y kilómetros por hora. Seamos sinceros: incluso con una mayor presión de tiempo, nos sentimos bastante cómodos en la carretera con nuestro Axor y no corremos el riesgo de que salte ningún radar.

La ruta elegida es la Wild Atlantic Way. La carretera con vistas panorámicas recorre la costa oeste de Irlanda durante más de 2600 kilómetros. A partir de aquí, en ocasiones nos desviamos por carreteras más pequeñas: a veces en dirección a playas remotas y otras veces hacia el interior del país, como por ejemplo hacia el norte del Parque Nacional de Glenveagh. Allí desembalamos nuestras bicicletas por primera vez en mucho tiempo, gracias al proverbial Dios de la Climatología.

Monumentos culturales y corte de la turba.

Pero también hay puntos destacados a lo largo de la ruta principal. Al norte de Galway, por ejemplo, está la Abadía de Kylemore es la abadía benedictina más antigua de Irlanda. Cerca de este monumento cultural se encuentra el Parque Nacional de Connemara. Allí analizamos la explotación de la turba que lleva siglos utilizándose como combustible en Irlanda. Las turberas, como su fuente, son fácilmente accesibles para la minería. Solo cubren el tres por ciento de la superficie terrestre, pero almacenan alrededor del 30 por ciento del carbono de la Tierra. Por eso, la extracción de turba es hoy muy controvertida y es objeto de acalorados debates en Irlanda.

El siguiente destino en el viaje hacia el sur es el paisaje kárstico del Parque Nacional de Burren, donde habíamos planeado una excursión más larga. No obstante, nada más atarnos las botas, se anuncia mal tiempo. Así que acortamos la aventura y nos dirigimos a la costa, a los acantilados de Moher. Cuando llegamos, el sol se pone en el Atlántico. Aunque no estuviera planeado así: este es el lugar y el momento perfectos para decir «goodbye» a la costa oeste.

Revisión del itinerario.

Hemos analizado a fondo el itinerario de «4-Xtremes - The World Tour». Desde 2020, hemos viajado con nuestro Axor por casi toda Europa y hemos visitado brevemente África, concretamente Túnez. Pero, debido principalmente a la pandemia, aún no hemos visto nada del resto del mundo. ¿Podremos hacerlo en algún momento? Por supuesto.  Pronto revelaremos hacia dónde nos dirigimos.

Por ahora, esto significa desplazarnos directamente al este de Dublín. Echamos un vistazo rápido a la capital irlandesa, y poco después sale el ferry hacia Gales. Durante el viaje, nos acompaña la tormenta. Afortunadamente, el ferry es enorme e inspira con confianza frente a olas de hasta ocho metros de altura. Probablemente, tomar pastillas para el mareo como precaución no sirvió para mucho.

Primero un recorrido de escalada, luego una travesía.

La última parada en la isla es Dover. De nuevo, dejamos el Axor aparcado y llegamos a pie hasta el borde de los famosos White Cliffs. Y un poco más allá, descubrimos un camino estrecho que baja en zigzag.

El último tramo atraviesa un túnel pequeño y, a continuación, una escalera muy empinada. Dependiendo del nivel del agua, desemboca en rocas negras o directamente en el mar, en el Canal de la Mancha. Lo cruzamos unas horas más tarde, en ferry, por supuesto.

Fotos: 4-Xtremes