4-Xtremes – Parte 60: Hasta «un poco» antes del Polo Norte con el Axor

Serie: 4-Xtremes – The World Tour

«¡Si oyes un crujido, para!»

Desde las Orcadas, Andrea, Mike y el Axor siguen rumbo hacia al norte. Hacia fiordos y asentamientos abandonados, con transbordadores minúsculos y, por último, hasta un puerto espacial en la construcción. Pero es mejor leerlo uno mismo.

¿Cabrá? Sí, el Axor llega a la isla de Unst con el minitransbordador sin sufrir daños en el techo.


Nada menos que siete horas duró el viaje en el transbordador con el que, a la hora de las brujas, zarpamos de Kirkwall, en las Orcadas, en dirección al norte. ¿Nuestro objetivo después de un viaje tranquilo y un amanecer en la cubierta? El puerto de Lerwick, en la isla principal de las Shetland, que, al igual que las Orcadas, pertenecen a Escocia y son la región más al norte de Gran Bretaña.

Como ya estamos despiertos, decidimos dar un paseo por Lerwick, la principal población de las Shetland, con unos 7500 habitantes. Los edificios de piedra arenisca, la mayoría de ellos del siglo XVIII, se alinean en el paseo marítimo. Deambulamos por la estrecha y prácticamente desierta calle principal que sigue la línea costera. El puerto es moderno y tiene mucho que ver: desde barcos de pesca y veleros privados hasta grandes embarcaciones, como el transbordador en el que hemos venido.


Aún más remotas que las Orcadas.

Las islas Shetland se extienden por un área de unos 80 x 120 kilómetros entre las latitudes 59 y 61 . Las islas son escarpadas, con numerosos «Voes», es decir, fiordos que surgieron durante el último deshielo, hace aproximadamente 12 000 años. Para nosotros, eso significa que no es tan fácil planificar una ruta en la que no haya que recorrer constantemente los mismos trayectos de ida y vuelta.

En las Shetland nos sentimos aún más apartados del resto del mundo que en las Orcadas. Quizás sea en parte por los fiordos pero, sin duda, porque las islas están aún menos pobladas. No obstante, la infraestructura de carreteras es impecable, de modo que siempre tenemos vía libre con el Axor. Pero «vía libre» también significa que a menudo viajamos más solos que la una.


Edificio de ladrillos en Lerwick, street art colorido y asentamientos abandonados en muchos lugares.
Edificio de ladrillos en Lerwick, street art colorido y asentamientos abandonados en muchos lugares.
Edificio de ladrillos en Lerwick, street art colorido y asentamientos abandonados en muchos lugares.
Edificio de ladrillos en Lerwick, street art colorido y asentamientos abandonados en muchos lugares.
Edificio de ladrillos en Lerwick, street art colorido y asentamientos abandonados en muchos lugares.
Edificio de ladrillos en Lerwick, street art colorido y asentamientos abandonados en muchos lugares.
Edificio de ladrillos en Lerwick, street art colorido y asentamientos abandonados en muchos lugares.
Edificio de ladrillos en Lerwick, street art colorido y asentamientos abandonados en muchos lugares.

Faros en cada esquina.

Llaman la atención los faros, que están literalmente en cada esquina, dominando de forma dramática los acantilados. Exploramos algunos de estos acantilados a pie, con mucho cuidado de que el viento no nos haga salir volando. En una ruta, a mí, Andrea, una ráfaga de viento me arranca el parasol de la cámara de la mano. En algunos días, el viento alcanza hasta 100 kilómetros por hora. Así pues, tenemos que colocar el Axor lo mejor posible de forma que el viento nos dé en la parte trasera, y que así las noches sean más o menos tranquilas y sin tambaleos.

Al explorar la costa nos encontramos con innumerables bahías con ruinas de poblados de pescadores, algunos de los cuales ya se utilizaban en tiempos remotos, hasta el siglo XX. Uno de estos asentamientos abandonados es Fethaland, la punta más septentrional de la isla principal. Desde aquí se puede ir incluso más al norte, con dos pequeños transbordadores que realizan el trayecto en apenas un cuarto de hora o siete minutos.



Transbordadores minúsculos y un montón de cosas «más el norte».

En el primer transbordador, a la isla de Yell, la tripulación nos invita al puente de mando, y a Mike le dejan incluso probar la silla del capitán. Tras atravesar la isla de Yell en 20 minutos, nos encontramos ante el segundo transbordador. Sin duda, el más pequeño en el que hemos embarcado el Axor. En él se indica que la altura máxima para vehículos es de 4,20 metros, y la tripulación no se cree del todo que nuestro camión vaya a caber. Pero los chicos no se andan con burocracia, y simplemente dicen: «Give it a try, and if you hear it scratching, just stop». Prueba, y si oyes un crujido, para. Pero, por supuesto, con nuestros 3,70 metros de altura, cabemos en el transbordador sin oír ningún crujido, y con él llegamos a la isla de Unst.

Unst es la isla más al norte de Gran Bretaña. Y como siempre estamos a la caza de «Xtremes», aquí tenemos unos cuantos más: la casa más al norte, la iglesia más al norte y el faro más al norte, en una islita con el precioso nombre de Muckle Flugga, todo marcado especialmente en el mapa. El faro funciona, por supuesto, de forma automatizada, pero por casualidad nos encontramos con uno de los antiguos fareros: un auténtico lobo de mar que cuenta unas historias increíbles sobre el tormentoso mar.


Escalando como en los Alpes, más solos que la una en la carretera, y un montón de ovejas.
Escalando como en los Alpes, más solos que la una en la carretera, y un montón de ovejas.
Escalando como en los Alpes, más solos que la una en la carretera, y un montón de ovejas.
Escalando como en los Alpes, más solos que la una en la carretera, y un montón de ovejas.
Escalando como en los Alpes, más solos que la una en la carretera, y un montón de ovejas.
Escalando como en los Alpes, más solos que la una en la carretera, y un montón de ovejas.
Escalando como en los Alpes, más solos que la una en la carretera, y un montón de ovejas.
Escalando como en los Alpes, más solos que la una en la carretera, y un montón de ovejas.
Escalando como en los Alpes, más solos que la una en la carretera, y un montón de ovejas.
Escalando como en los Alpes, más solos que la una en la carretera, y un montón de ovejas.
Escalando como en los Alpes, más solos que la una en la carretera, y un montón de ovejas.
Escalando como en los Alpes, más solos que la una en la carretera, y un montón de ovejas.
Escalando como en los Alpes, más solos que la una en la carretera, y un montón de ovejas.
Escalando como en los Alpes, más solos que la una en la carretera, y un montón de ovejas.

¿Un viaje al espacio? Muy pronto será posible desde Unst.

Y entonces nos encontramos en Unst con una construcción absolutamente extraordinaria: el «SaxaVord UK Space Port», un puerto espacial en construcción. Desde aquí se catapultarán en el futuro cohetes pequeños a una órbita baja de la Tierra. Por desgracia, aquí no hay mucho que ver. Eso sí, la señal «disuasoria» que advierte antes de entrar en la obra es muy graciosa: Todos aquellos alienígenas que sean capturados allí serán denunciados a la policía espacial y deportados a Marte.  

En contraste con este lugar futurista, muy cerca se puede visitar una casa de campo reconstruida y un barco vikingo. Hace unos 700 años, los vikingos dominaban las Shetland, y aún hoy se pueden ver sus huellas.

Si miramos al norte desde el faro de Muckle Flugga, la siguiente parada sería el Polo Norte. Como es bien sabido, nuestro Axor no sabe nadar, así que es hora de darnos la vuelta. Otra vez con los dos pequeños transbordadores, volvemos a la isla principal de Shetland. Como en las últimas semanas hemos visto más ovejas que personas, es hora de socializar un poco más.


Incluso después de 700 años, las huellas de los vikingos se encuentran por todas partes.
Incluso después de 700 años, las huellas de los vikingos se encuentran por todas partes.
Incluso después de 700 años, las huellas de los vikingos se encuentran por todas partes.
Incluso después de 700 años, las huellas de los vikingos se encuentran por todas partes.
Incluso después de 700 años, las huellas de los vikingos se encuentran por todas partes.
Incluso después de 700 años, las huellas de los vikingos se encuentran por todas partes.

Pero eso será en el siguiente episodio.


4-Xtremes – The World Tour.

Un viaje sin igual.

Andrea y Mike Kammermann llevan tres años viajando con su Axor. «4-Xtremes: The World Tour» es el lema del viaje que los dos suizos emprendieron a mediados de 2020 - ¡y que compartirán con la comunidad de RoadStars! Manteneos al día y no os perdáis ninguno de los impresionantes destinos a los que se dirige la pareja de aventureros.

Podéis encontrar las etapas actuales de la serie «4-Xtremes – The World Tour» aquí.

Podéis encontrar el curso del viaje antes de emprender la travesía hacia Sudamérica aquí.


Fotos: 4-Xtremes

12 comentarios