España es un país de camiones

Según los datos publicados en el último Observatorio del Transporte en España (enero 2023) un 85,22% de los tráficos de mercancías en ámbito nacional fueron realizados por carretera, la mejor prueba de que España es un país de camiones. 

Frente a este porcentaje mayoritario que no deja de crecer, un 13% de las mercancías fueron transportadas por vía marítima y un residual 2% se movieron por ferrocarril. 

En este sentido los planes medioambientales y logísticos del Gobierno pasan porque el modo ferroviario incremente en el medio plazo su presencia hasta alcanzar el 4% de participación, potenciando para ello las distintas fórmulas de transporte multimodal. 

Por el contrario, cuando se trata de transporte internacional el porcentaje de la carretera desciende al 30-31% y el del barco sube hasta alcanzar el 65-66%, quedando el restante 3-4% para tráficos internacionales realizados por tren o por vía aérea. Todo ello teniendo en cuenta que la flota española es la segunda más importante de Europa.

Por otro lado, y sin olvidarnos de su carácter estratégico y fundamental para el desarrollo de la economía y el bienestar de los ciudadanos, a nivel macroeconómico el transporte de mercancías por carretera supone aproximadamente un 7,9% del Producto Interior Bruto (PIB), un porcentaje que crece hasta alcanzar el 10% si le sumamos el resto de actividades relacionadas con el ámbito logístico.

Con todo ello la cifra anual de negocio de este sector supera los 111.000 millones de euros, generando en el plano laboral una cifra cercana al millón de puestos de trabajo.

Más costes que precios.

El problema de los operadores españoles que ejercen su actividad en el transporte de mercancías por carretera es que en los últimos años los costes siempre se han incrementado por encima de los precios y eso tiene una repercusión directa sobre la rentabilidad, lo que entre otras cosas explica que año tras año la antigüedad del parque de vehículos pesados siga aumentando.

Si hacemos el cómputo para el periodo 2021-2022 podemos apreciar como en el plazo de un año los costes se han elevado un 11,9%, mientras que si ampliamos el punto de mira desde el año 2016 comprobamos como el incremento de costes alcanza el 34%, muy por encima de la evolución que tuvieron los precios en el mismo periodo.

En el caso concreto de un trailer de carga general, configuración mayoritaria en España, los datos del Observatorio del Transporte muestran que el principal coste para autónomos y empresas es el derivado del consumo de combustible (34,5%), cuando en enero de 2022 este mismo porcentaje era del 33% y del 31,3% en enero de 2021.

El segundo coste en importancia viene motivado por los salarios brutos de los trabajadores (20,5%) y por las dietas (9,7%), dos factores del negocio que en 2021 representaban el 22,2 y el 10,6%, respectivamente.

Por otro lado, las estadísticas muestran que, salvo en transporte internacional, los kilómetros en carga se han reducido ligeramente en el ámbito nacional, que las toneladas/km muestran un descenso del 5,2% y que los kilómetros realizados en vacío aumentaron un 0,8%.

Un país de tractoras.

Del total de autónomos y empresas que operan en España en el sector del transporte de mercancías por carretera, al menos 61.268 lo hacen con camiones pesados y autorizaciones de servicio público. 

Este colectivo profesional gestiona una flota de aproximadamente 284.000 camiones, cifra que representa un 73,6% del parque total de camiones pesados.

Por otro lado, casi 87.100 de estos camiones presentan una configuración rígida, un número inferior al existente durante el boom de la construcción, mientras que 197.000 son tractoras, una cifra está última que nunca se había alcanzado en nuestro país y que representa todo un récord.

De esta forma a día de hoy la oferta nacional de transporte de servicio público alcanza los 6,2 millones de toneladas, un volumen que tan sólo un año antes era de 5,8 millones de toneladas.