Mucho más que transporte: las máquinas son la especialidad de Holger Schäfer

– Holger Schäfer, Fritz Fels Fachspedition, sobre la colaboración con su compañero Attila Ottmann-Lambert

Aún no son las 5.30 de la mañana y el termómetro ya marca más de 20 grados: se avecina un día de verano de calor abrasador. Consideraciones para las que Holger Schäfer no tiene tiempo ahora. De pie, se bebe el café e intercambia algunas palabras con su compañero Attila Ottmann-Lambert. Entonces ambos se suben a la cabina de su Actros 1848 y empiezan el viaje con el convoy doble, ¡el cliente ya está esperando!

Holger y Attila conducen sus camiones Mercedes, ambos con  MirrorCam, para Fritz Fels Fachspedition de Heidelberg. El cliente, un especialista en etiquetado, tiene su sede en Erbach, en el Odenwald. Por supuesto, los casi 100 kilómetros que hay pueden recorrerse con rapidez y seguridad. Pero esto es rutina para Holger, camionero desde hace más de tres décadas, y su compañero con una experiencia similar. Al menos igual de decisivo es lo que sucede después del trayecto: la «entrada» de la carga, esta vez una nueva máquina de etiquetado, en la nave de un cliente.

Máquinas sobre la cinta transportadora.

«Transportamos máquinas continuamente. Como hoy, para la industria gráfica, pero también para máquinas de fresado o de moldeo por inyección», explica Holger. En la mayoría de los casos, hay que retirarlas de la antigua ubicación o instalarlas en la nueva. A veces, ambas cosas, y a menudo combinadas con trabajos de montaje.

Hoy no es necesario extraer nada. La carga de unas 13 toneladas ya se entregó hace unos días en el recinto de la empresa de transporte. El día anterior, la subieron a los remolques Actros con carretillas elevadoras. Y la aseguraron en un proceso que lleva mucho tiempo, porque la máquina se desmonta en 21 piezas no desmontables.

De todos modos, cualquier carga de este tipo debe tratarse con mucho cuidado: «Pasa mucho tiempo antes de saber cómo manejar cada máquina», afirma Holger. ¿Y por qué puede hacer trabajos de montaje como conductor de camiones? «Tengo una formación en cerrajería, el resto es experiencia». En invierno, las máquinas en el remolque se calientan para evitar que se oxiden tras la descarga.

Esta vez no es necesario un gran despliegue técnico y humano.

Tras una buena hora y media por autopistas y carreteras comarcales, el convoy doble llega a su destino, un sinuoso polígono industrial. Aquí, Attila y Holger demuestran de inmediato la maniobrabilidad del Actros. «A veces, sin embargo, es bastante complicado», cuenta Holger. Este es el caso cuando las condiciones exigen que la carga se introduzca a través de una ventana o por encima del tejado utilizando una grúa y a menudo también otros equipos.

Dado que un compañero ha inspeccionado el terreno previamente, los dos especialistas en rocas lo saben: hoy se libran de esta tarea, ya que no es necesario un gran despliegue técnico y humano. La descarga puede realizarse por la plataforma mediante carretillas elevadoras, que viajan en uno de los trenes Actros. No obstante, es necesario que los representantes del fabricante y los dos hombres del cliente se pongan de acuerdo en todos los detalles. Por último, se determina la ubicación exacta de la máquina de etiquetado dentro de la nave.

Dos que pueden confiar el uno en el otro.

Attila avanza poco a poco por delante de la puerta de la nave. Holger está listo y retira el embalaje de transporte con movimientos manuales rutinarios, antes de que la carretilla elevadora entre en el edificio y se dirija al lugar de instalación. «El trabajo en equipo es fundamental, podemos confiar los unos en los otros con los ojos cerrados», afirma el nativo de Sajonia. La etiquetadora crece poco a poco, ajustada finalmente por los representantes del fabricante.

Tras cuatro horas, forma una calle de varios metros de longitud en la que se puede imprimir una gran variedad de etiquetas. Aún pasará algún tiempo hasta la puesta en servicio.

Holger y Attila chocan las manos sonriendo: ¡trabajo hecho! Ahora toca recoger los Actros y volver a Heidelberg.

Fotos: Henrik Morlock
Video: Martin Schneider-Lau