N-340: La Ruta 66 española

Reportaje

De Cádiz a Barcelona por el Mediterráneo.

La antigua N-340, hoy sustituida en algunos tramos por las modernas autovías A-48 y A-7, y cuyo trazado discurre a lo largo del litoral mediterráneo desde Cádiz hasta Barcelona, está considerada como la Ruta 66 española. Con sus primitivos 1.248 kilómetros la N-340 fue diseñada sobre los restos de la calzada romana Vía Augusta y a día de hoy continúa siendo la carretera más larga de nuestro país, además del viejo esqueleto de asfalto del moderno Corredor Mediterráneo, el camino por donde salieron y salen hacia Europa las exportaciones españolas de frutas y hortalizas.


En Estados Unidos el trazado de la mítica carretera USS-66, la legendaria Ruta 66 -bautizada como la «Calle principal de América»- une con sus casi 4.000 kilómetros de recorrido las grandes urbes de Chicago (Illinois) y Los Ángeles (California).

Pero en España también tenemos nuestra particular «Ruta 66»: la N-340. Con sus 1.248 kilómetros de recorrido esta carretera que une Cádiz con Barcelona serpenteaba -todavía serpentea- muy pegada al litoral mediterráneo, atravesando cuatro comunidades autónomas (Andalucía, Murcia, Comunidad Valenciana y Cataluña), diez provincias (Cádiz, Málaga, Granada, Almería, Murcia, Alicante, Valencia, Castellón, Tarragona y Barcelona) y unos 150 municipios, convirtiéndose en la carretera más larga de nuestro país y en el esqueleto fundacional del llamado Corredor Mediterráneo.

En el pasado el «Kilómetro Cero» de la N-340, antes de surgir los desdoblamientos de las autovías A-48 y A-7, estaba ubicado en el Polígono Tres Caminos de Puerto Real (Cádiz), en el cruce con la N-IV, para después transcurrir por la Costa del Sol y por toda la costa levantina desde Murcia a Tarragona, hasta desembocar en Barcelona en la popular Avenida del Paralelo.

Pero la historia centenaria de la N-340, por donde desde tiempo inmemorial han circulado los camiones frigoríficos encargados de transportar gran parte de las exportaciones españolas de frutas y hortalizas, comienza con la ocupación romana de la Península Ibérica.


«Con sus 1.248 kilómetros de recorrido la N-340 es la carretera más larga de España y la base del actual Corredor Mediterráneo».


La carretera del emperador Augusto.

La N-340 se diseñó en buena parte aprovechando el trazado primigenio de la histórica Vía Augusta, la calzada que en tiempos de los romanos y siguiendo la costa mediterránea unía Gibraltar y Cádiz con Barcelona y la frontera con Francia. 

En el siglo VI antes de Cristo esta calzada -ya pensada como camino por los griegos- respondía al nombre de Vía Hercúlea, para más tarde adoptar la nomenclatura de Vía Heráclea. Fue a partir de las modificaciones y reparaciones realizadas durante el mandato del emperador Augusto, entre los años 8 y 2 antes de Cristo, como acabó adoptando su nombre en su honor.

Con sus 1.500 kilómetros de itinerario la Vía Augusta fue la calzada romana más importante de toda la Península Ibérica, una historia que se une al hecho de que la antigua N-340 fue el nexo de unión entre ciudades como Cádiz o Málaga (las antiguas Gadir y Malaka de los fenicios), Almería (fundada por los árabes con el nombre de Al-Maryya) o las romanas Alicante (Lucentum), Valencia (Valentia Edetaronum) y Tarragona (Tarraco), hasta llegar a una Barcelona de origen cartaginés.

Este pasado histórico explica porqué la N-340 cuenta en su recorrido con un gran número de monumentos aportados por las distintas civilizaciones -el Arco de Bará es uno de los mejores ejemplos- y con el conjunto de «miliarios» -los hitos kilométricos de los romanos- más importantes de nuestro país.



Llegan los tiempos modernos.

En 1926 el Circuito Nacional de Firmes Especiales ya consideró a la N-340 -esta no era todavía su denominación oficial- como una de las carreteras vertebradoras del transporte en nuestro país, lo que explica porqué entre 1865 y 1881 el Gobierno de la época ya gastó una buena cantidad de recursos en «sacar» la N-340 de los acantilados de la Sierra de Gádor en Almería, un tramo que se consideraba especialmente peligroso. En este sentido anotar que el primer puente de la N-340 se construyó en 1842.

Para esta carretera la nomenclatura de N-340 surge a partir de 1941 con el denominado Plan Peña desarrollado tras la Guerra Civil y cuyo objetivo era reconstruir y reorganizar la muy maltrecha red española de carreteras. 


«Para esta carretera la denominación de N-340 surge en 1941 con la puesta en marcha del Plan Peña».


De esta forma la primera cifra «3» de la denominación N-340 viene dada porque su comienzo se ubicaba entre las carreteras nacionales III y IV, mientras que el «40» significaba que en línea recta distaba más de 400 y menos de 500 kilómetros de la madrileña Puerta del Sol, considerada por el Plan Peña como el «Kilómetro Cero» de nuestro país.

Ya en la década de los sesenta la construcción de puentes y de túneles sirvió para que la N-340 perdiera buena parte de su peligrosidad en los tramos de mayor riesgo, una circunstancia que en tiempos más modernos se ha visto favorecida por la construcción de las autovías A-48 y A-7 y por la autopista AP-7, infraestructuras que por su trazado evitaron el hecho de que los automóviles y camiones continuaran atravesando las principales ciudades y localidades por las que transcurría la antigua N-340.



La leyenda negra de la N-340.

El hecho de que la N-340 haya sido una de las carreteras que ha soportado, y todavía soporta en algunos tramos no desdoblados, una alta intensidad de tráfico, es una realidad que ha contribuido a la «leyenda negra» de esta vía, considerada como una de las de mayor riesgo desde el punto de vista de la siniestralidad.

Esto ha provocado que en los tramos no desdoblados y coincidentes con el itinerario de la autopista de peaje AP-7, principalmente en las provincias de Castellón, Tarragona y Barcelona, en 2018 las autoridades tomaran la decisión de prohibir el tránsito de camiones pesados que se dirigen hacia la frontera con Francia y viceversa, que desde ese momento fueron obligatoriamente trasvasados a la autopista AP-7.

En este sentido y ante los colapsos de tráfico que cada vez con mayor frecuencia se producen en la AP-7, los transportistas están exigiendo su regreso a la N-340 en ocasiones puntuales con el fin de aligerar de camiones la saturada AP-7.

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