Construcción de carreteras: Roswitha Mederer conduce un volquete Arocs 1851

Reportaje

El 54.

PowerShift 3, Predictive Powertrain Control y todos los sistemas de asistencia a la conducción: el Arocs 1851 de Roswitha Mederer en encarga de que ella siempre llegue en plena forma.


Tras la casa de Roswitha Mederer, «Rosl», comienza el bosque. En la pequeña localidad del Alto Palatinado, entre Núremberg y Ratisbona, los horarios de apertura de la tienda del pueblo marcan el ritmo. Salvo para Rosl: a las 6:15 empieza la acción. Es la hora a la que la mujer de 57 años empieza a trabajar con su Arocs 1851. La cantera «Unterweickenhof» está a solo cuatro kilómetros de su casa y podría ser un decorado perfecto para una película del Oeste. «Cada vez que entro en la cantera me impresiona», dice Rosl, que lleva doce años trabajando para la empresa Bärnreuther & Deuerlein. Acaba de volver de una obra con su «54» y un cargamento de tierra excavada, y guía la tractora Arocs hasta el lugar de descarga por las curvas cerradas.



Un camión nuevo, el mismo número.

Hace pocas semanas que la camionera ha recogido su camión en Wörth, junto con un compañero que también iba a por su nuevo camión. Antes, estuvo ocho años conduciendo un Actros de tracción integral de la serie anterior, también con el número de vehículo 54. Sin embargo, el Arocs solo tiene eso en común con su predecesor: MirrorCam, todos los sistemas de seguridad disponibles, Hydraulic Auxiliary Drive y el cambio PowerShift 3 ahora son parte del equipamiento del nuevo puesto de trabajo de Rosl.


«En la fábrica nos explicaron todo muy bien y en el camino de vuelta tuve tiempo suficiente para descubrirlo todo. Hasta disfruté de un atasco, algo excepcional», cuenta Rosl, que lleva conduciendo camiones desde 2009. Antes, trabajó durante casi 30 años en una empresa auxiliar de automoción, pero tuvo que reinventarse. «Me saqué el permiso de conducir camiones. Con eso ya se pueden conducir camiones, pero, sinceramente, solo aprendí trabajando», recuerda Rosl sus inicios en Bärnreuther. Hoy, doce años y cientos de miles de kilómetros después, no se arrepiente de su decisión. «Desde el principio, aquí me sentí arropada». 



Grava, cal, tierra excavada.

Rosl y su Arocs con remolque de tolva térmica recorren hasta 400 kilómetros al día, sobre todo con grava de distinto grosor, tierra excavada y materiales para encalar bosques. También transporta asfalto regularmente a las obras de carreteras de la región. «Da igual que sea un camino forestal o una autopista, es divertido ver cómo se va creando una carretera poco a poco y poder contribuir a ello».

Cuando sus viajes se lo permiten, puede descansar en su pueblo. La tienda del pueblo está muy animada a mediodía. Allí es «el momento del bocadillo en condiciones». «Paso los descansos fuera del camión, eso es importante para mí», cuenta Rosl. Después de una breve charla con la tendera, toca volver a llevar «32», es decir, grava de 32 milímetros, a la obra.

En las obras se exige la máxima concentración. En los cortos plazos de tiempo que hay, es necesario darse prisa. Además, acceder al lugar de la acción no siempre es fácil. Por eso, para la conductora son importantes los múltiples sistemas de asistencia a la conducción, como el asistente de giro, para hacer que las ideas y venidas sean lo más relajadas posible.



Camino a casa sin estrés.

«Es el primer camión en el que no tengo que encargarme del cambio. Y en combinación con el Tempomat, llego a casa mucho más relajada», explica Rosl mirando el Predictive Powertrain Control de última generación. Por el contrario, la MirrorCam le resultó un poco difícil al principio. «Era escéptica hasta que me explicaron el sistema bien. Es importante mentalizarse y olvidarse del pensamiento de usar las cámaras como si fueran espejos» explica Rosl, que ahora está encantada con las posibilidades adicionales del sistema. 

Después del último viaje del día, Rosl considera que es importante limpiar el habitáculo del Arocs. «Durante el día es inevitable que se ensucie, ahí no presto tanta atención. Sin embargo, me gusta subirme a un camión limpio por la mañana», aclara. Su viejo «54» es la prueba de que ese cuidado merece la pena. El Actros de 2011 está en tan buen estado que sigue siendo parte de la flota, convertido en taller móvil.



Fotos: Matthias Aletsee
Video: Martin Schneider-Lau

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