Alberto Luis Álvarez y sus Actros 1851

Reportaje

Carácter asturiano.

Dicen de los asturianos que son guerreros pero también hospitalarios y afables. Alberto Luis Álvarez lo constata y lo hace extensible a su Actros 1851.


La niebla deja paso a la neblina según avanza la mañana en la cantera asturiana de Llanera. Alberto Luis conduce imperturbable el rojo Actros 1851 entre las verdes laderas. Sabe que posiblemente por la tarde luzca un sol radiante y a continuación llueva con fuerza ¿o será a la inversa? "¡Esto es Asturias!", dice con una sonrisa a modo de explicación.

En la cantera del Grupo Asturmasa le espera ya un compañero con la pala de carga dispuesta. Sin prisa pero sin pausa, proceden. "Desde fuera puede parecer un trabajo repetitivo pero es todo menos eso", dice Alberto Luis. Cambia el tipo de árido, el cliente, el recorrido. Un día hay que transportar grava a una obra, otro descargar cantos rodados en instalaciones propias.



Este asturiano lleva 30 años conduciendo camiones pero recuerda el día en que todo fue nuevo para él. "El jefe de flota me dijo que había adquirido un nuevo vehículo, yo estaba muy ilusionado", recuerda. "Cuando vi el nuevo Actros me quedé mudo. Miré a mi jefe y volví a mirar el Actros. '¿Dónde demonios están los retrovisores?' ".

 "No tardé ni una jornada en acostumbrarme a las MirrorCam", dice Alberto Luis. Y es que las imágenes tomadas por las cámaras desde el marco del techo de la cabina aparecen nítidas en las pantallas digitales situadas a ambos lados de los pilares de la cabina. "Como las pantallas interiores ni se empeñan ni se mojan, da igual si estás rodeado de niebla, diluvia o nieva, la visibilidad siempre es perfecta", explica.



El punto de descarga de hoy está a escasos 15 kilómetros. Se trata de un polideportivo municipal en construcción.  De camino, Alberto Luis comenta que el transporte de obra no está exento de riesgos, que un pequeño error en ruta puede provocar un accidente. Determinadas carreteras locales, frecuentadas por ciclistas, carecen de arcén. También aquí las MirrorCam le facilitan la tarea: "Además de reducir los ángulos muertos, en las pantallas veo la posición exacta del tráiler en las rotondas y curvas pronunciadas".

Este profesional confiesa que precisamente lo que más le gusta es circular por carreteras locales, donde el paisaje es protagonista. Mientras conduce por la AS-325, señala a una vaca "rubia" -típica de la montaña asturiana- pastando en los verdes prados entre pueblos de casas bajas salpicados de populares y antiguas "paneras" -graneros rurales sobre pilares.



Una vez en la obra, Alberto Luis señala con su índice sendas líneas amarillas que marcan en la pantalla digital la distancia lateral respecto a otros vehículos u objetos y una delgada línea azul que señaliza la longitud del trailer. "Ahora puedo acercarme con seguridad y precisión al montículo de descarga", subraya.

Cuando enfila el sendero que le conduce de nuevo a la cantera, Alberto Luis utiliza la emisora para avisar a sus compañeros. "El encanto que tiene la comunicación por emisora no lo tiene ningún teléfono,  por muy inteligente que sea", dice con un guiño.



En cambio, sí que es partidario de la más moderna tecnología cuando se trata abrir o cerrar el toldo del tráiler. "El control remoto es más preciso. Con este tipo de toldos la carga queda mejor protegida", asegura. Mi 'guerra' personal es hacer mi trabajo lo mejor posible", afirma.

Otro aspecto que valora y mucho de su trabajo es el contacto personal. "A cada rato hablas con alguien, bien con algún colega en la cantera bien en obra con operarios o el cliente", comenta.



De carácter amable, Alberto Luis nació y reside en Avilés, junto a la ría. Aprovecha el tiempo libre para practicar su afición favorita: la pesca marítima y darse un chapuzón de vez en cuando en el mar Cantábrico.

En ocasiones realiza ruta hasta Santander donde duerme en cabina. "En el Actros no me falta de nada. La cama es cómoda y en la nevera llevo todo lo necesario", dice. Además, cuando lo considera oportuno activa las MirrorCam hasta dos minutos para observar cómodamente en las pantallas digitales , incluso de noche y con las cortinillas cerradas, el exterior del camión sin necesidad de salir de él. "¡Confort y seguridad de la mano!", concluye.


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