Un trabajo duro en la zona alpina: un día con el recogedor de leche Bernhard Niedermair

Logística de transporte alimentario

Leche según la hoja de ruta.

La mozzarella de Brimi, en el Tirol del Sur, es apreciada en toda Italia y más allá de sus fronteras. Para la producción de esta especialidad de queso, Bernhard Niedermair recoge leche de las granjas de la región. Por ejemplo, en la meseta de Alpe di Siusi – con el Actros.

Buen humor a casi 2.000 metros de altura: el recogedor de leche Bernhard Niedermair no tiene mucho tiempo para recuperar el aliento, ya que sus recorridos están muy cronometrados.


Solo se avanza si se va a buen ritmo. La pendiente es enorme y la grava cruje bajo los neumáticos. Bernhard Niedermair gira el volante y, por supuesto, el Actros gira inmediatamente. Las ramas rozan la cabina del conductor. Y, finalmente, Bernhard llega a su destino: una caja de madera al lado del camino, dentro cuatro jarras llenas de leche fresca. Paralelamente al sendero puede apreciarse un cable de acero que sube por la ladera. Si se agacha un poco la cabeza, puede verse un refugio alpino en la cima. Desde allí, la caja con las jarras ha descendido como una pequeña góndola por el cable.

"En el pasado, muchos ganaderos utilizaban instalaciones de transporte por cable como esta para transportar su leche desde cabañas remotas", explica Bernhard después de haber trasladado con una manguera el contenido de las jarras a la cisterna de su Actros 2544. "Aquí", esto es el altiplano de Alpe di Siusi en el Tirol del Sur: una meseta a más de 2.300 metros de altura considerada el mayor pasto alpino de Europa. En verano, muchos ganaderos de las granjas situadas en la parte baja dejan pastar allí a sus vacas en enormes prados, protegidas por los peñascos de los macizos de Schlern y del grupo Langkofel. Si en algún lugar las vacas son felices, sin duda es en Alpe di Siusi.



Leche fresca 365 días al año.

Bernhard se dirige a la granja lechera Brixner Milchhof, abreviado: Brimi. La empresa del profundo valle de Eisack produce leche fresca, nata fresca, requesón y sobre todo mozzarella. La "materia prima" procede de las vacas de 1.100 ganaderos del Tirol del Sur que pertenecen a una empresa organizada en cooperativa. Bernhard y sus colegas se encargan de un reaprovisionamiento continuo. Con una flota de doce camiones, entre ellos dos Actros, se desplazan a las granjas y cabañas y entregan la leche de forma higiénica en el centro de producción. "Nos desplazamos los 365 días del año", comenta Bernhard de 37 años de edad. "En pleno verano, durante el crudo invierno, pero también en Semana Santa y en Navidad".


Un verdadero reto: durante la recogida de leche en el Alpe di Siusi, Bernhard Niedermair y sus compañeros tienen que demostrar cada día sus habilidades de conducción.
Un verdadero reto: durante la recogida de leche en el Alpe di Siusi, Bernhard Niedermair y sus compañeros tienen que demostrar cada día sus habilidades de conducción.
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Un verdadero reto: durante la recogida de leche en el Alpe di Siusi, Bernhard Niedermair y sus compañeros tienen que demostrar cada día sus habilidades de conducción.
Un verdadero reto: durante la recogida de leche en el Alpe di Siusi, Bernhard Niedermair y sus compañeros tienen que demostrar cada día sus habilidades de conducción.
Un verdadero reto: durante la recogida de leche en el Alpe di Siusi, Bernhard Niedermair y sus compañeros tienen que demostrar cada día sus habilidades de conducción.
Un verdadero reto: durante la recogida de leche en el Alpe di Siusi, Bernhard Niedermair y sus compañeros tienen que demostrar cada día sus habilidades de conducción.

El territorio no es demasiado extenso. Pero lo mucho que se exige tanto a los recogedores de leche como a sus camiones queda bien patente en esta jornada en el pasto alpino. Por ejemplo, al desplazarse hasta el punto de recogida más alto situado a 2.050 metros. Mientras en el cielo el sol y las nubes alternan constantemente, Bernhard desplaza su Actros cuesta arriba por los terrenos más accidentados. "Para ello, se necesita un camión totalmente fiable con la potencia adecuada. Y un buen retardador para el camino de vuelta", comenta el surtirolés, que creció hablando alemán como la mayoría de la gente de la zona, pero que también habla italiano con fluidez. De todos modos, vale la pena: los dos depósitos situados en la explanada frente a la cabaña contienen en total aprox. 1.500 litros de leche.

Cuando el conductor se convierte en el interlocutor.

Tras una breve charla con los dos granjeros – uno de ellos ha transportado su depósito de leche en coche desde una cabaña cercana hasta el punto de recogida – prosigue el traqueteante viaje. "Para algunas de las personas de aquí arriba, soy la única persona con la que hablan en un día normal", comenta Bernhard. Desde hace cinco años trabaja para Brimi. Pero no pasa todo el verano subiendo al Alpe di Siusi, sino que va alternando recorridos con diferentes camiones. "Soy coordinador adjunto de la flota de recogedores de leche y tengo que conocer todas las rutas y camiones". Para ello, el personal de Brimi se desplaza independientemente de la climatología. No obstante, en invierno solo suben hasta como máximo 1.400 metros. Aunque tampoco resulta nada fácil. "Con tan solo un par de centímetros de nieve, las cosas ya pueden complicarse mucho".



Bernhard valora mucho del Actros 2544 la MirrorCam, que le ofrece una mejor visión panorámica. "Por la mañana, a veces me apetece mirar primero por los clásicos retrovisores exteriores que todavía tienen nuestros otros camiones. Pero se me pasa rápido", comenta riendo. También considera útil el asistente de giro, que puede alertarle de la presencia de peatones o ciclistas. Especialmente en el Alpe di Siusi, donde los excursionistas y los que se desplazan en bicis eléctricas salen en masa en este día, a pesar de que el verano ya está llegando a su fin.


Bajar por la derecha y evitar un peligro.

Para la siguiente jarra de leche en el borde del camino, Bernhard todavía puede bajar sin dejar que le adelanten otros conductores. Y es que los camiones de recogida de Brimi tienen el volante a la derecha. "Bajar en medio de la carretera sería peligroso y costaría un tiempo innecesario". La leche debe procesarse rápidamente, porque los recorridos están muy programados. Esta mañana Bernhard ha tenido que pararse brevemente en un control de la Federación láctea de Tirol del Sur. Como ya han hecho unos cuantos antes, un granjero se le acerca y le pregunta dónde ha estado. "Si llego un par de minutos tarde ya se ponen nerviosos", sonríe Bernhard. Sin duda, esto significa que el servicio funciona de forma fiable, casi según lo programado.

Una vez superada la última "parada", vuelve a pasar por el valle de Eisack y, hacia las 14 horas, el Actros llega al recinto de Brimi. "Empiezo a las cinco de la mañana y termino temprano, por lo que me queda tiempo para dedicarlo a mis dos hijos", comenta Bernhard. Pero hoy todavía le queda una cosa por hacer: conecta una enorme manguera a una válvula situada en la pared de azulejos y la leche empieza a fluir hacia el edificio de producción. De una de las botellas extrae unas gotas y las introduce en un casete de prueba. "Antes de procesarla, nuestro laboratorio tiene que analizar la leche". Una vez el laboratorio da luz verde, empieza la conversión en mozzarella y otros productos.


La higiene es de vital importancia: desde el suministro pasando por la prueba y la limpieza del camión hasta la producción de la mozzarella, cada paso está estrictamente reglamentado.
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La higiene es de vital importancia: desde el suministro pasando por la prueba y la limpieza del camión hasta la producción de la mozzarella, cada paso está estrictamente reglamentado.
La higiene es de vital importancia: desde el suministro pasando por la prueba y la limpieza del camión hasta la producción de la mozzarella, cada paso está estrictamente reglamentado.

Unos minutos después, miran la pantalla entre risas: hoy Bernhard ha suministrado exactamente 11.000 litros. "Si hubiera querido llegar a una cifra tan redonda a propósito, no lo hubiera conseguido nunca", dice, y se despide para disfrutar de su merecido descanso.


Fotos y vídeo: Alexander Tempel

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