Volquete trilateral: Goran Savuljeskovic conduce ahora un Arocs 3745

Economía & logística

Ágil y potente.

Grava, tierra excavada y materiales de demolición: estas son las especialidades de Goran Savuljeskovic y su volquete trilateral Arocs 3745.


Una pala cargadora deja un rastro polvoriento; unos metros más adelante, grandes piezas de hormigón rotas caen con estrépito sobre el volquete de un camión, sacudiéndolo vigorosamente. Al lado, el sistema de trituración hace su devastador trabajo con gran estruendo y, un poco más allá, unos trabajadores cargan una enorme máquina de tamizado de grava en un camión articulado. En las instalaciones de reciclaje de la empresa Hans-Heimo Gänger GmbH, en Strasshof, cerca de Viena, hay mucho movimiento.

Goran Savuljeskovic no se deja contagiar por el ajetreo que reina a su alrededor. Desde el asiento del conductor de su Mercedes‑Benz Arocs 3745, observa el bullicio y dirige con seguridad el camión por las instalaciones. Las irregularidades del terreno apenas se perciben gracias al diseño de la suspensión y el bastidor del camión. Con sus dos ejes delanteros dirigidos, el vehículo de cuatro ejes con caja volquete es además extremadamente ágil.



Gracias a su elevada altura libre sobre el suelo, los obstáculos como pequeños bloques de asfalto u hormigón tampoco son un problema. «Con el Arocs, puedo llegar a prácticamente cualquier lugar», dice, «y también salir de donde sea necesario». El serbio de nacimiento, que llegó a Austria a principios de los 90, tampoco tiene problemas para llegar a su destino con el camión a través de pendientes empinadas, pistas embarradas o carreteras sin asfaltar.

Especialista en zonas de obras.

«Ese es uno de los motivos por los que hemos comprado el Arocs», dice Lukas Schachner, que dirige la tercera generación del negocio familiar junto a su suegro, Hans-Heimo. El vehículo se incorporó a la flota hace un año junto con un remolque volquete Mercedes‑Benz Arocs. «Debido a su menor capacidad de carga, el uso del vehículo de cuatro ejes para el servicio normal, es decir, para transportar grava o restos de hormigón, no resultaría rentable... El remolque volquete es más indicado para ese fin. En las obras y, sobre todo, en zonas con espacios estrechos y complicados, el ‹pequeño› hace gala de todas sus capacidades». También es una ventaja que los dos nuevos vehículos sean algo más bajos que los vehículos similares de la competencia y, gracias a la MirrorCam, no presentan grandes retrovisores exteriores.



Esto se nota en una zona de obras en el noreste de Viena. Entre Aderklaa y Aspern, se encuentra la calle Telephonweg, que va a asfaltarse de nuevo. Sin embargo, primero hay que retirar el antiguo pavimento. Los restos de asfalto se acumulan junto a vallas obras y montones de tierra, y las máquinas de construcción circulan de un lado a otro entre todo ello. Goran ya ha recogido aquí material excavado hoy y en días anteriores y lo ha transportado hasta las instalaciones de la empresa, en Strasshof. Y, cuando hace el recorrido en el sentido inverso, entrega material natural reciclado que se utilizará como subestructura para la nueva calle. Por tanto, sabe muy bien cómo moverse por la obra, dónde se tiene que parar y cuál es la mejor manera de llegar.

La confianza cuenta.

Los cerca de 50 camiones y máquinas de construcción de la empresa se utilizan principalmente para trabajos de movimiento de tierras y demoliciones, para el transporte de arena, grava y humus, para la eliminación de material de demolición y para la extracción de materiales en canteras. Además, cerca de Strasshof, la empresa gestiona también su propio vertedero, cuyos servicios incluyen el transporte de remolques de plataforma baja y transportes especiales. Para los responsables de este negocio, la confianza de los clientes en la empresa es un factor muy importante. «Por desgracia, se trata de algo cada vez menos habitual pero, con nosotros, los clientes pueden confiar en que mantendremos nuestra palabra».


Durante los últimos años, esto ha permitido a la empresa hacerse con una buena cartera de clientes en el área metropolitana de Viena. Aquí, los camiones y máquinas de construcción de Gänger se utilizan para la construcción viaria, pero también para obras en el metro, para la construcción de grandes complejos residenciales y edificios comerciales y en importantes trabajos de demolición. «Nuestra oferta de servicios es muy amplia, podemos cubrir muchas áreas».

Mientras tanto, han cargado el camión de Goran en la obra. Es hora de ponerse en marcha de nuevo. Mira por el visualizador de la MirrorCam para comprobar que todo está en orden y acelera. Los 335 kW del potente motor llevan al vehículo de cuatro ejes rápidamente a la carretera. «Ahora empieza la parte sencilla», dice Goran, acomodándose en el asiento. La carretera nacional B8 conduce de vuelta a Strasshof y, girando a la izquierda por un paso subterráneo, se sigue hasta las instalaciones de reciclaje. «La mayoría de veces, basculo el volquete hacia atrás, como ahora», dice Goran. «Pero, si la situación lo requiere, también puedo descargar hacia la derecha o la izquierda gracias al volquete trilateral». Esta es otra ventaja que no debe subestimarse en las obras.



Siempre hay algo que hacer.

El volquete se levanta lentamente y los primeros pedazos de asfalto aterrizan ruidosamente sobre el suelo. Unos segundos después, se ha volcado el resto de material. Goran no tiene mucho tiempo para hacer un descanso, el trabajo urge. Por tanto, el conductor de Gänger vuelve a ponerse en camino con su Arocs hacia el noreste de Viena. Allí, le esperan muchas toneladas de material de demolición por recoger, para que las obras sigan su curso y los coches puedan volver a pasar pronto por la Telephonweg.


Fotos: Bubu Dujmic

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