Misión carreteras limpias: cuando los demás duermen, Andrzej recorre la ciudad con su Atego

Reportaje

¡Todo limpio!

Cuando Andrzej Rzeziński se pone en camino por la ciudad con la barredera Atego, los habitantes de las calles que recorre pueden dormir tranquilos sabiendo que, a la mañana siguiente, las carreteras estarán limpias.

Limpieza pura. Andrzej durante un turno de noche por las calles vacías de Varsovia.
Limpieza pura. Andrzej durante un turno de noche por las calles vacías de Varsovia.
Limpieza pura. Andrzej durante un turno de noche por las calles vacías de Varsovia.
Limpieza pura. Andrzej durante un turno de noche por las calles vacías de Varsovia.
Limpieza pura. Andrzej durante un turno de noche por las calles vacías de Varsovia.
Limpieza pura. Andrzej durante un turno de noche por las calles vacías de Varsovia.
Limpieza pura. Andrzej durante un turno de noche por las calles vacías de Varsovia.
Limpieza pura. Andrzej durante un turno de noche por las calles vacías de Varsovia.

Son las 20:30 Varsovia-Wilanów. En Remondis, proveedor de servicios comunitarios, hay una actividad incesante. Unos llegan, otros se van: camiones de basura, barrederas, regadoras de calles… Los vehículos se lavan, se pesan y se rellenan de agua. Andrzej Rzeziński acaba de empezar su turno. Conduce una novísima barredera Atego y está listo para limpiar las calles de Varsovia. Como todos los días.

Los primero kilómetros con el nuevo Atego.

«Aún no estoy acostumbrado del todo, la empresa compró la barredera hace poco», comenta riendo el conductor de Remondis, de 67 años, sentado en la cabina del conductor y comprobando que todos los aparatos de la superestructura funcionan correctamente. «No obstante, llevamos años trabajando con vehículos de Mercedes. Por eso me siento seguro. Es un vehículo cómodo, sobre todo el asiento, pero la cabina del conductor también está bien amortiguada».


Al final de su turno, las calles vuelven a estar limpias.
Al final de su turno, las calles vuelven a estar limpias.
Al final de su turno, las calles vuelven a estar limpias.
Al final de su turno, las calles vuelven a estar limpias.

Gran potencia a baja velocidad.

A la luz centelleante de la luz de señalización naranja, el Atego circula despacio hacia el trabajo. La velocidad no es ninguna locura: durante el trabajo de limpieza, la barredera alcanza una velocidad de 10-15 km/h. A esa velocidad parece fácil dormirse, pero la realidad es muy distinta, como explica Andrzej, que lleva 20 años trabajando en Remondis. «Hay que prestar atención todo el rato y no te puedes distraer ni un minuto. Sobre todo, porque hay otros usuarios de la vía que no se dan cuenta de la luz de señalización y existe peligro de colisión. Hay que tener ojos en todas partes. Y se necesita mucha paciencia también».

Con música por la ciudad.

En un turno, Andrzej recorre hasta 80 km. El conductor explica que trabajar de noche tiene muchas ventajas. «Sobre todo, la ciudad está casi vacía y no hay que sufrir los atascos! El trabajo es más previsible, hay menos estrés», dice contento, activando al mismo tiempo los cepillos. El polvo y la suciedad que la máquina recoge se aspiran a un recipiente especial, como en una aspiradora. Después, la regadora puede pasar por las calles «aspiradas» para continuar la limpieza. La ciudad comprueba a diario si las calles han quedado limpias según el contrato.

En la cabina del conductor suena música. Andrzej se ha acostumbrado a oír música mientras trabaja. Se oye por encima del monótono ruido del cepillo que entra por la ventana abierta. La radio se puede manejar cómodamente con los botones del volante. «También tengo aire acondicionado, pero, cuando el tiempo acompaña, prefiero conducir con la ventanilla abierta. Así puedo controlarlo todo mejor», comenta. «Además, me encanta la música. Hace años, cantaba en el coro de la filarmónica de Cracovia. Una de mis hijas es cantante, canta en la ópera de cámara de Varsovia».


¿Turno de noche? Perfecto para Andrzej.

Andrzej ya está jubilado, pero no quiere renunciar al turno de noche.«Conducir es mi pasión, el trabajo le da a mi vida cierto ritmo que me faltaría de otro modo», explica el conductor, que también se dedica a la jardinería en su tiempo libre.

«en invierno aún es más divertido, porque conectamos la pala quitanieves y hay que más que hacer: limpiamos la nieve, echamos sal de deshielo... ¡no hay tiempo para aburrirse!»


Fotos: Krzysztof Skłodowski

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