Roadstars presenta: Francisco Torres, "El Galleta"

Nace una ilusión.

Fran ha tenido desde bien pequeño una particular ilusión por ser conductor de camiones. “Es lo que he visto en casa desde que tengo recuerdo. Mi padre también es camionero, y es él quien que me ha inculcado esta vocación. Así que, en cuanto pude, hice lo necesario para cumplir mi sueño”.

No ha sido sino con el paso de los años como ha visto finalmente su sueño materializado en el vehículo que conduce a día de hoy: un tren de carretera Mercedes-Benz Antos 2536, con el que hace de media unos 120.000 kilómetros al año, y cuya elección no fue obra del azar, sino fruto de una decisión conjunta con su padre. “Él depositó en mí la confianza para enfrentarme a este desafío de llevarlo”.

De su Antos 2536, le gusta particularmente “lo bien que se mueve en todo tipo de terreno”, destacando “la comodidad en autovía y la agilidad por cualquier calle”, así como “la perfecta integración de la tecnología en el camión, lo que nos facilita la conducción”.

Sobre la profesión en general, Fran se aleja de estereotipos clásicos y dice no a las rutinas ya que una de las cosas que más le llaman la atención es “la incertidumbre de no saber cuál será mi próximo destino”.

También ve con buenos ojos la posibilidad de estar en diferentes puntos de la geografía extremeña o andaluza en el mismo día e, incluso, pone sus miras en el extranjero ya que, tras haber tenido la oportunidad de viajar con su camión hasta Francia, confiesa que “sería un sueño poder conocer diferentes países de Europa”.

Un hogar sobre ruedas.

La jornada de trabajo comienza de madrugada, alternando así conducción nocturna y diurna. “Solemos ir desde Zafra, donde cargamos, a cualquier punto de Extremadura o Andalucía, retornando después de la descarga a nuestro lugar de origen”. Consciente de las muchas horas que pasa al volante, ha transformado la cabina de su camión en su hogar fuera de casa.

“Hemos puesto las típicas placas con los nombres, un pequeño monstruo de las galletas que se refiere al mote de la familia paterna de “El Galleta”, algunos tapizados, asientos personalizados y cortinas, etc.”. El exterior también ha sido retocado, ya que cuentan con una “variedad de accesorios en cromo, adhesivos personalizados y cientos de luces que lo hacen más llamativo”.

Un camión con historia.

Para Fran, su Antos “es una auténtica pasada”, y destaca que elementos como la cámara trasera o el eje trasero autodireccional, les hace más fácil su conducción en sitios estrechos. Entre las muchas historias y anécdotas que ha vivido con él, recuerda una particularmente divertida, ocurrida el año pasado, junto a su hermano. Ambos acudieron a la concentración de camiones de Almendralejo, siendo ellos los únicos con un camión Mercedes-Benz. “Hasta el comienzo del desfile todo iba bien, pero a partir de ahí aquello se convirtió en un vehículo especial, ya que no pasaba por donde cabía cualquier tractora”, afirma entre risas. “Lo único que nos faltaba era un coche piloto para salvar árboles, rotondas, señales… ¡Es lo que tiene ir con un camión de 12 metros a un desfile!”.